miércoles, 11 de abril de 2012

II Semana Literaria. IES Mediterráneo con Fernando Marías

ENCUENTRO CON FERNANDO MARÍAS “Al oír a alguien mencionar mi curriculum, me parece mentira que haya hecho tantas cosas como en él se dicen” El bilbaíno Fernando Marías ha marcado el ecuador de esta Semana Literaria, al hablar de sus novelas, que suelen transmitir unas vivencias intensísimas, y con las que siempre es capaz de llegar hasta la última fibra sensible del lector. Tal y como se recoge en Cielo abajo, que fue en su día Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, una novela que aúna la guerra con la ternura y el amor, gracias a la presencia de las tres mujeres llamadas Constanza y su pervivencia a lo largo del tiempo.
Conectando rápidamente con nuestros alumnos, le recomendó a Natalia Pividal, que leyó su relato Mayo 1945, que siguiera escribiendo, porque en sus palabras se notaba que lo hacía con el corazón, sin duda un mensaje que jamás olvidará una joven escritora. Profundizando en su novela Cielo abajo, Marías manifestó que con ella colmó su deseo de escribir una novela de amor a Madrid, la que considera su ciudad, porque es peculiar, contradictoria, llena de cosas agradables pero también difícil de soportar, como decía la canción, insufrible pero insustituible. Y la labor de documentación de la novela es la que le ha regalado quizá un mayor número de anécdotas, como la protagonizada por el autor a los mandos de una avioneta, y el peligro considerable que corrió, anécdota con la que consiguió cautivar a un público ya entregado y boquiabierto. Defiende también el hecho de que una novela no debe responder preguntas, sino sólo formularlas, y por eso se preguntó cómo es posible que los hombres desarrollen métodos militares para bombardear a distancia y en cambio no sean capaces de establecer límites, pautas o legislaciones para evitarlo. En el fondo, aunque pase medio siglo, hay situaciones que no cambian, “desde aquel primer bombardeo de Madrid, la primera víctima civil está muy unida, por un hilo negro y mortal, a todos los muertos de los bombardeos actuales de Siria”.
Pero en su novela buscaba también mostrar cuál ha sido la evolución de la mujer a lo largo del pasado siglo, de ahí la figura de las tres Constanzas, una simbolizando la libertad que obtuvieron con la República, la segunda sufriendo la represión franquista y la tercera recogiendo de nuevo las libertades de la transición e incluso de la época actual. El mensaje final que nos dejó es un mensaje de sabiduría y experiencia: “en la guerra, en la novela, en la vida, no existen el blanco y el negro, sino infinitas tonalidades de gris”, y eso experimentaron sus personajes, al igual que tantos españoles que se vieron sorprendidos por la guerra, y terminaron encuadrados a la fuerza en bandos aleatorios, en negros o blancos caprichosos. Por Antonio Parra

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